libro el hombre que confundió a su mujer con un sombrero

EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ A SU MUJER CON UN SOMBRERO.


BIOGRAFÍA DEL AUTOR.
Oliver Wolf Sacks   es un neurólogo inglés que ha escrito importantes libros sobre sus pacientes, seguidor de la tradición, propia del siglo XIX, de las «anécdotas clínicas» (historias de casos clínicos contadas a través de un estilo literario informal). Su ejemplo favorito es The Mind of a Mnemonist (en español Pequeño libro de una gran memoria: La mente de un mnemonista), de Alexander Luria.




Datos académicos y profesionales

Se graduó en el Queen's College de la Universidad de Oxford y se doctoró en neurología en laUniversidad de California. Vive en Nueva York desde 1965. Actualmente es profesor clínico de neurología en el Escuela de Medicina Albert Einstein, profesor adjunto de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York y neurólogo de consulta para las Hermanitas de los Pobres. Ejerce en la ciudad de Nueva York.
Sacks describe sus casos con poco detalle clínico, concentrándose en la experiencia fenomenológica (vivencia subjetiva) del paciente. Algunas de las alteraciones descritas son condiciones crónicas o alteraciones muy severas con deterioro significativo del funcionamiento del individuo, sin embargo, Sacks enfatiza cómo los pacientes realizan adaptaciones compensatorias que les permiten corregir o atenuar sus déficits en la vida cotidiana.
En su libro más conocido, Despertares (de uno de cuyos casos se hizo una película, que lleva el mismo título), relata sus experiencias en el uso de una sustancia natural recién descubierta, la L-dopa, en pacientes afectados por la epidemia de encefalitis letárgica acaecida en los años 1920. También fue el tema de la primera película hecha para la serie documental Discovery de la BBC.
En otros libros describe casos del síndrome de Tourette y los efectos de la enfermedad de Parkinson. El relato que da título a El hombre que confundió a su mujer con un sombrero versa sobre un músico que sufre una agnosia visual (prosopagnosia) que también fue el personaje protagonista de una ópera de Michael Nyma presentada en 1987. La historia Un antropólogo en Marte, que forma parte del libro de mismo nombre, trata de Temple Grandin, una profesora con síndrome de Asperger. Las obras de Sacks han sido traducidas a 21 idiomas.
















Tema del libro:
Esta obra es una compilación de casos médicos del neurólogo inglés Oliver Sacks registrados durante su labor en una residencia de enfermos mentales.
El libro se divide en cuatro partes: Pérdidas, excesos, arrebatos y el mundo de los débiles. El primero contiene situaciones que son causadas por “déficits” –que a decir del autor, es la palabra favorita de la neurología- , es decir incapacidades para realizar determinada acción o función cerebral; por ello, en este capítulo el doctor Sacks cuenta la historia que da nombre al libro, la de un hombre cuyos talentos musicales y comportamiento “normal” escondían una aparente ceguera, con la que podía ver pero lo llevaba a confundir y no reconocer incluso a personas y objetos familiares.

Resumen del capitulo 1: El hombre que confundió a su mujer con un sombrero
El doctor P era músico. Mostraba incapacidad de reconocer las caras de sus estudiantes, losreconocía por la voz y creía que algunos objetos eran personas. Después de varios años lediagnosticaron diabetes y acudió a un oftalmólogo porque la diabetes podía afectar a su vista.No se le detectó nada anómalo en los ojos pero se le informó de que podía tener problemasen las zonas visuales del cerebro y se le derivó a un neurólogo. El neurólogo no detectósíntomas de demencia pero si descubrió que el doctor P era incapaz de reconocer objetos ensu totalidad sólo podía percibir y describir partes de los mismos. Sólo veía los rasgos distintivosy elaboraba esquemas de los objetos pero era incapaz de reconocerlos. Los lóbulos temporalesy el córtex musical estaban bien. Se le diagnosticó una agnosia visual profunda debido a unproceso degenerativo o un tumor en las zonas visuales del cerebro.. Tenía dañada la percepción visual, la memoria, la imaginación visual y lasfacultades de representación visual. El doctor P era incapaz de reconocer, imaginar y recordarcaras por ello buscaba indicadores visuales.Le diagnosticaron la enfermedad de la agnosia.
para saber mas de la agnosia

Resumen del capitulo 2: El marinero perdido
Jimmie era un marinero que acudió al neurólogo porque creía tener pequeños problemas de memoria. El neurólogo descubrió que Jimmie vivía estancado en 1945. Recordaba su nombre,fecha de nacimiento y el nombre del pueblecito de Connecticut donde había nacido.Sin embargo, mostraba desorientación en el año en el que se encontraba en la actualidad y en su edad. El neurólogo le aplicó algunas pruebas para ver el estado de la memoria. Los resultados en la prueba de inteligencia fueron excelentes. Jimmie era capaz deresolver rompecabezas y problemas complejos, sin embargo sólo podía resolverlos de manera eficaz si lo hacía deprisa ya que si la tarea exigía mucho tiempo se olvidaba de lo que estaba haciendo. El neurólogo también escondio tres objetos y al cabo de un tiempo le pidió a Jimmie que los recordara. Jimmie fue incapaz de recordar los tres objetos que el neurólogo había escondido, tampoco recordaba las instrucciones que le habían dado para la prueba e incluso fue incapaz de recordar los objetos aún habiendo escrito las respuestas en un papel. El neurólogo recopilando información sobre el pasado de Jimmie descubrió que había sido alcohólico y su diagnóstico fue que Jimmie tenía un síndrome de Korsakoff debido a una etapa alcohólica y la degeneración alcohólica de los cuerpos mamilares del cerebro. El síndrome deKorsakoff explica la alteración severa de la memoria que presenta Jimmie. Tiene amnesia anterógrada, también presenta síntomas de amnesia retrógrada lo que dificulta que Jimmie acceda a hechos pasados de su vida pero tiene una seria limitación para evocar sucesos acaecidos recientemente. Presenta problemas en la memoria de trabajo.
sindrome de korsakoff o korsakov
amnesia anterógrada
amnesia retrograda

Resumen capítulo 3: La dama desencarnada
Christina era una chica joven aficionada al deporte. Un día comenzó a sentir dolores y la detectaron piedras en la vesícula.  Ingreso tres días antes de la operación y uno de esos días tuvo un sueño en el que no se sentía sobre el suelo, perdía el equilibrio y todo lo que cogía se la caía. Al día siguiente este sueño se hizo realidad. Se dio cuenta de que si miraba sus manos cuando cogía algo no se la caía y lo mismo la pasaba al andar. Cada cosa que quisiese hacer tenia que hacerlo con la mirada también  así aprendió a valerse por si sola, vigilando su cuerpo, ya que según ella  es como si su cuerpo se hubiese quedado ciego.
Uno de los problemas que tuvo es que la sociedad no la consideraba enferma, por lo que al ir más lento o hacer cosas extrañas se metían con ella.
Más tarde se encontraron más casos como los de ella, pero por personas que habían ingerido ciertas vitaminas que al dejarlas se recuperarían, pero ella no.

pincha aqui para saber mas de la propiocepción

Resumen capítulo 4: El hombre que se cayó de la cama.
Narra la historia de un joven, al que acababan de ingresar en un hospital, una enfermera llamó al Dr. Sacks y le explico que el joven parecía muy normal pero cuando se adormeció un momento y despertó empezó a chillar y no paraba de mirar la pierna izquierda.
El Dr. Sacks fue a verle y estuvo ablando con él, éste chico se empeñó en que la pierna izquierda no era suya, y le dijo al Dr. Sacks que se había caído cuando intentó sacar esa pierna de la cama, y que no sabía cómo al tirar la pierna se había ido él también. Estaba convencido de que aquello debía de de ser una broma que le había gastado alguna enfermera, pero el Dr. Sacks le preguntó que si esa no era su pierna, que dónde estaba su pierna realmente, el joven dijo que no la encontraba, que se había perdido. 
Después de esto el Dr. Sacks recibió una carta de un neurólogo llamado Michael Kremer en la que le contaba un caso parecido que él había atendido.

Resumen capítulo 5: Manos
Madeleine tenia sesenta años, ceguera congénita con parálisis celebrar y su familia le había cuidado en casa durante toda su vida. Tenía movimientos involuntarios de ambas manos, a lo que se añadía un fallo en el desarrollo de la vista Sacks esperaba hallarla en un estado de retraso y regresión, pero no fue así, más bien lo contrario, era una mujer amante  de cultura y con una inteligencia excepcional. El Doctor le preguntó si había leído porque sabía demasiado y ella le contestó que no, que a ella releían. La señora Madeleine decía que sus manos eran unas masas miserables e inútiles de pasta y que no las sentía como parte de ella. Poco a poco Sacks sometió a diferentes retos a la anciana, que la intentasen demostrar que esto no era así. Finalmente lo consiguió y fue  mas allá potenciando sus cualidades artísticas y conseguir hacer esculturas aun estando ciega.

CAPÍTULO 6 Fantasmas
En este capítulo el Sr. Weir Mitchell nos cuenta la historia de algunas personas que sufren un extraño trastorno, son capaces de ver todo tipo de fantasmas. Una de las historias que cuenta es la historia de un marinero que pierde un dedo en uno de sus trabajos, el problema se empeora cuando este dedo lo persigue durante su vida, hasta que sufre un diabetes sensorial que afecta a la capacidad de sentir que tiene dedos, desde ese momento el dedo lo abandona definitivamente. Otra de las historias es la de Charles D. en esta ocasión Charles sentía que sus piernas cambiaban de forma y de tamaño continuamente y que solo podía permanecer de pie  si miraba fijamente sus pies.



CAPÍTULO 7 A nivel

En este capitulo un nuevo paciente el señor McGregor visita al Dr.Sacks. Este paciente poseía un problema en el nivel del su cerebro, este nivel se vio afectado fundamentalmente porque poseía párkinson. A el Dr. Sacks se le ocurrió ponerse un nivel fuera del cuerpo y cerca de la vista para poder ver cuando se inclinaba y corregirlo, se le ocurrió la magnífica idea de crear unas gafas que regulaban este nivel, desde ese momento muchos pacientes con párkinson utilizan estas gafas para corregir su problema.
CAPÍTULO 8 Vista a la derecha
La señora S. poseía un raro problema solo sentía la parte derecha de su cuerpo, para ella su parte izquierda no existían estaba muerta, esta mujer padecía de hemidesatención. este problema acabó cuando a la señora S. se le ocurrió ponerse en una silla giratoria y de esta manera poder ver su lado izquierdo del cuerpo. Finalmente a el Dr. Sacks se le ocurrió la idea de poner una camara para que pudiera ver su lado izquierdo, sin embargo esto le pareció muy extraño a la señora S ya que no sentía nada en su lado izquierdo.

CAPÍTULO 9 El discurso del presidente
Un buen día, el presidente fue a dar un discurso en la clínica donde estaban pacientes afásicos, éstos no paraban de reírse, ya que las personas que padecen de afasia no se les pueden mentir con palabras no las entiende ellos se fían de los gestos, el tondo de voz.. para entender lo que les está diciendo, y el presidente mentía tanto que ellos eran capaces de saberlo a través de sus gestos. En este capítulo hace la comparación entre un perro y un afásico, dice que en este caso los dos son muy parecidos porque ninguno entiendo de palabras y se guía por gestos. Mas tarde nos habla de pacientes agnósticos tienen un trastorno en el lóbulo temporal derecho, totalmente a los que padece afasia porque carecen del sentido dela expresión. El caso de Emily D. que estaba perdiendo la vista muy rápidamente y no podía concentrarse tanto como antes en los movimientos, ella propuso que los que hablasen con ella lo hiciesen en prosa, el presidente no hablaban en prosa, por tanto, no convenció a Emily.



Cap. 10 "Ray. El ticqueur ingenioso"
En 1971, el Washington Post habló con el Dr. Sacks sobre esos pacientes y el Dr. Sacks le dijo que tenían tics, esto hizo que publicasen un artículo donde hablaban de los tics, y este artículo hizo que al Dr. Sacks le llegasen muchas cartas de pacientes con tics pero sólo aceptó Ray. El Dr. Sacks vio un día después a tres personas por las calles de Nueva York con este síndrome. Al día siguiente vio a dos más, este hecho le hizo pensar que la enfermedad era bastante común. En 1974 e formó la Asociación del Síndrome de Tourette con cincuenta miembros y en tan sólo siete años después ya eran varios millares de miembros, este aumento se debió a que los pacientes, los parientes y los médicos "divulgaron" la noticia, se estudió el lenguaje corporal, la gramática, la estructura lingüística de los tics…Todo lo descubierto en los últimos diez años es una confirmación de las intuiciones de Guilles de la Tourette. Él decía que el síndrome tiene realmente una base neurológica orgánica. El "ello" del síndrome de Tourette, del parkinsonismo y de la corea es un reflejo de lo que Pavlov llamó "la fuerza ciega del subcórtex", un trastorno de esas partes primitivas del cerebro que gobiernan la "marcha" y la "dirección". El paciente de síndrome de Tourette constituye una especie de "eslabón perdido" entre cuerpo y mente, parece ser que tienen en el cerebro un exceso de transmisores excitantes. A los pacientes frenéticos y tourétticos se les tenía que reducir su dopamina mediante la droga Haloperidol (Haldol). En el cerebro de la víctima del síndrome de Tourette hay cambios como un trastorno que puede alterar la personalidad. El Haldol podría ser la solución para este síndrome pero ni él ni ninguna droga puede ser la solución. Cuando un paciente del síndrome de Tourette canta, juega o actúa se libera de su síndrome, en esto el "yo" triunfa y reina sobre el "ello". El Dr. Sacks le mandó una carta a Luria contándole de qué trataba la enfermedad y éste le dijo que este síndrome era de tremenda importancia. Un día llegó Ray a la consulta, padecía el síndrome de Tourette desde que tenía cuatro años y ahora tenía veinticuatro años, había ido al colegio, a la universidad, estaba casado, tenía amigos. Sus múltiples tics de extrema videncia hicieron que le despidiesen de varios trabajos y había puesto en peligro su matrimonio. Ray tenía mucha sensibilidad musical. El síndrome constituía una ventaja en diversos juegos, él se sentía libre cuando cantaba, cuando nadaba…El Dr. Sacks le recetó un cuarto de miligramo de Haldol tres veces al día. Ray volvió a la semana con el ojo morado y la nariz rota, el Haldol lo había desequilibrado por completo, alterando su velocidad, su ritmo, sus reflejos increíblemente rápidos. Muchos de sus tics, lejos de desaparecer, se habían hecho simplemente lentos, y enormemente prolongados. Ray estaba decepcionado y le dijo al Dr. Sacks que si él le quitaba lo tics que quedaría de él ya que solo está formado por esos tics, hablaba de él en tercera persona como Ray el ticqueur ingenioso, no sabía si los tics eran un don o una maldición, y que no podía concebir la vida sin el tourettismo. El Dr. Sacks recordó a otros pacientes y le propuso que se viesen una vez por semana durante tres meses. En ese tiempo intentaron imaginar la vida sin tourettismo, investigaron lo que la vida le podía ofrecer sin las atenciones y atracciones del síndrome, examinaron el papel y la importancia de la económica que tenía para él el síndrome y cómo podría arreglárselas sin él, después probaron el Haldol y Ray se vio libre de tics y sin efectos secundarios durante nueve años. Ray no se sentí preparado para vivir sin esos tics, pero esos tres meses le sirvieron de mucho. Él ahora disfruta d una amplitud y una libertad que jamás habría creído posibles, su matrimonio es feliz y estable, es padre, tiene buenas amistades, desempeña un papel importante en su comunidad local y ostenta un puesto de responsabilidad en el trabajo, aunque tiene problemas que son inevitables teniendo tourettismo y administrándose Haldol. Ya no disfruta con lo juegos de antes porque ahora es más lento y parsimonioso en sus movimientos, es menos competitivo, menos travieso y retozón; ha perdido el impulso, o la gracia, de los movimientos súbitos "frívolos" que cogen a todo el mundo por sorpresa. Ha perdido sus obscenidades, su descaro grosero, su chispa, ha llegado a creer que está perdiendo algo. Ray decidió que el Haldol sólo lo tomaría la semana laboral y los fines de semana no lo tomaría. De esta manera habían dos Rays, uno sobrio, cavilador y pausado de lunes a viernes, y otro frívolo, frenético e inspirado los fines de semana. Ray dice que los que padecen Tourette no son libres, porque cuando padeces este síndrome es como ir borracho todos los días y si tomas Haldol pues es ir erio siempre. Él dice que las personas "normales" tenemos un equilibrio natural, y ellos han de sacar el máximo partido de un equilibrio artificial. sindrome de tourette

Cap.11 LA ENFERMEDAD DE CUPIDO
Natasha K, una mujer inteligente de noventa y ocho años se sentía con mucha más energía, más viva y joven. Empezaron a interesarle los hombres jóvenes y sus amistades empezaron a preocuparse. Ella decía que tenía la enfermedad del Cupido, la sífilis porque estuvo trabajando en un burdel en Salónia. El fluido espinal dio positivo, tenia neurosifilis y acudió a una clínica.
Aparece Miguel un hombre sencillo, pero con cierta dificultad de habla y de la audición. El día que le vio estaba muy excitado y le pidió que hiciera un dibujo. Se dieron cuenta de que tenía
síndrome parkinsoniano

Cap.12: “Una cuestión de identidad”
El señor William Thomson estaba en la consulta, confundió al Dr. Sacks con Ton Pitkins, luego con Hymie y después con Manners, hasta que al final se dio cuenta que estaba en una consulta y no en su tienda como había creído hasta ahora; le preguntó al Dr. Sacks si estaba loco y qué hacia allí. El Dr. Sacks le dijo que tenía un pequeño trastorno en la memoria y dificultades para recordar e identificar a la gente y él le dijo que era cierto porque confundía a personas con otras. El Sr. Thomson identificaba a mucha gente en poco tiempo para intentar acertar, no tenía inseguridad en sí mismo. Solía estar desorientado porque pasados unos segundos ya no se acordaba dónde ni con quién estaba. Experimentaba un sueño de situaciones, imágenes y gentes en perpetuo cambio, transformación y mutación continuas. William vivía en un mundo fático, estable, plenamente normal. Cuando William hizo un viaje subió a un tren y el taxista dijo que era sorprendente hablar con él que le contó muchas historias y se notaba que había estado en muchos sitios pero pronto le aclaramos que no era así, que no era exactamente una sola vida, que era una cuestión de identidad. Jimmie G. . Él salió del hospital en ebullición, todavía se mantenía en un delirio confabulatorio casi frenético, creando un mundo y un yo para substituir al olvidado y perdido. El Sr. Thomson necesita esa narración para mantener su identidad, su yo. Esta necesidad es la clave de la fantasía desesperada del Sr. Thomson, de su verbosidad; como él no tiene esa continuidad ni narración interior continua se ve empujado a una especie de frenesí narrativo y de ahí sus historias incesantes, su mitomanía, sus fabulaciones. William vive en otra realidad en la que tampoco se siente muy a gusto según el Dr. Sacks. Lo que brota en su confabulación inacable tiene una cualidad de indeferencia, como si no le importase en realidad lo que dijese o lo que cualquier otro hiciese o dijese, como si ya nada importase en realidad. Una tarde William farfullado por unos individuos que iba inventándose sobre la marcha dijo: “mi hermano pequeño, Bob, pasa por el ventanal” y al cabo de un minuto entró un hombre por la puerta y dijo que era el hermano pequeño de William y que él le había visto cuando pasó por la ventana. William hablaba de su hermano en el mismo tono que cuando hablaba de li irreal, todo lo contrario que en el caso de Jimmie que al estar con su hermano ya no se sentía perdido. William empezó a hablar de George, su hermano mayor, utilizando el presente de indicativo que usaba siempre, Bob le dijo que George había muerto hace diecinueve años aunque William no hizo caso del comentario. El Dr. Sacks le preguntó a las monjas si William tenía alma, al igual que hizo con Jimmie aunque la cara de las monjas no era la misma, éstas le dijeron que tenía un alma inmortal en el sentido teológico
síndrome de William
CAPITULO 13 “SI, PADRE-HERMANA”
La señora B., antigua química, había experimentado un cambio de personalidad, se volvió chistosa, impulsiva y “superficial”, su amiga decía que ya no se preocupaba por nada.
Al principio creían que era hipomaníaca pero luego se dieron cuenta que tenía un tumor cerebral. La Sra. B. tenía un carcinoma inmenso que afectaba a los sectores orbitofrontales de los dos lados frontales.
La primera impresión que tuvo el Dr. Sacks de ella fue que era una chica muy alegre y divertida.
La Sra. B. le dijo al Dr. Sacks que parecía un cura (padre) por la barba, una hermana por la bata blanca y un médico por el estetoscopio, el Dr. Sacks se quedó muy extrañado con eso y le preguntó si lo miraba a él en absoluto y ella contestó que no. Conocía la diferencia entre padre/hermana/médico y también entre izquierda/derecha pero decía que no significaba nada para ella, el Dr. Sacks le preguntó que si ese “no significar nada…” le molestaba y ella le contestó que no.

En el rostro de la Sra. B. no se reflejaba ninguna expresión de ayuda; su mundo estaba vacío de sentido y de significado; nada resultaba ya “real” (o “irreal”); todo era “equivalente”o “igual”; todo el mundo había quedado reducido a una insignificancia jocosa. Esto le parecía muy raro al Dr. Sacks y también a las amigas de la Sra. B., pero ella se mostraba indiferente, despreocupada. La señora B. no estaba presente como persona.
hipomanía


CAPITULO 14 LOS POSEÍDOS
Esta forma del síndrome cuando posee a una persona desintegra su personalidad y la conduce a una forma extraña, fantasmagórica, pantonímica y con frecuencia imitativa de «psicosis» o frenesí. Esta forma del síndrome es muy rara, no se da tanto como la forma base/original de este síndrome. Se distingue en su fenomenología y su psicología subyacente, y exclusiva. Guarda afinidades con las psicosis motoras frenéticas que a veces provocan la L-Dopa y con los frenesís confabulatorios de la psicosis de Kornakov. Todos estos trastornos pueden casi aplastar a una persona.
Por la calle el Dr. Sacks vio a más de una persona que no sólo tenía tics y convulsiones del movimiento (tourette) sino tics y convulsiones de la percepción, la imaginación, las pasiones…de toda la personalidad (supertourette).
La «neurología de la calle» tiene antecedentes respetables. En la calle fue donde James Parkinson descubrió la enfermedad que ahora lleva su apellido, ésta se debe de observar en la calle.
Al tratar a Ray, el Dr. Sacks veía a mucha gente por las calles de Nueva York, gente que padecía lo mismo que Ray. Pronto recordó a una viejecilla que parecía ser el centro de un alboroto, esta anciana tenía unas convulsiones increíbles. El Dr. Sacks se acercó, aquella anciana estaba imitando a todos los transeúntes, captaba a todas las personas y las caricaturizaba, adoptaba y asimilaba las características y las remedaba. Aquella mujer que imitaba a todos los que pasaban por la calle perdía su yo, se convertía en nadie. La anciana se fue a una calle donde apenas pasaba gente y allí vomitó las identidades engullidas de las últimas cincuenta personas que le habían poseído en tan solo diez segundos, al Dr. Sacks le sorprendió bastante, nunca había vivido algo parecido y este hecho le fue de gran ayuda.
Para Hume la identidad personal es una ficción: no existimos, no somos más que una sucesión de sensaciones o percepciones, esto no se cumple en una persona normal porque éste posee sus propias percepciones pero si es aplicable a un ser tan inestable como el que padece supertourettismo, cuya vida es una sucesión de movimientos y percepciones convulsivos o imprevisibles, una agitación fantasmagórica sin centro ni sentido alguno. En ese aspecto el paciente del síndrome de Tourette es un ser «humeano» más que humano, es decir, un ser insensato, absurdo que es lo que significa humeano.
La víctima del super tourettismo se ve obligada a luchar para sobrevivir…para convertirse en un individuo, y sobrevivir como tal, frente a un impulso constante. En la mayoría de los casos la víctima lo consigue… pues la capacidad de supervivencia, la voluntad de sobrevivir es la más fuerte de nuestro yo. La salud, la salud militante, es la que finalmente triunfa
Hume


 
capitulo 15: Reminiscencia
La señora O'C., un poco sorda pero por lo demás en buen estado, una noche le paso algo muy extraño, soñó con su infancia en Irlanda, con las canciones que ella cantaba y bailaba, cuando se despertó seguia escuchando la música y creyó que alguien habia dejado una radio encendida, después comprobó todas las radios y estaban apagadas, después pensó que eran los empastes por que había oido rumores de que los empastes emitian sonidos, se quejó a la enfermera y esta le dijo que a los empastes no los pasaba nada. Después fue a un psicólogo y este le mando a visitar al doctor Sacks.Cuando le visitó, la conversación no fue fácil porque la música apenas le dejaba escuchar lo que decía el doctor, sólo le podía oír cuando sonaban las más débiles. El Dr. Sacks no pudo localizar ningún problema neurológico, pero sospechaba que la música era «neurológica». El Dr. Sacks se preguntaba qué podría haberle sucedido a la señora O'C. para llegar a aquella situación, ella tenía ochenta y ocho años, buena salud, y no le administraban ningún medicamento, y el día anterior estaba normal.La señora O'C. le preguntó si era algún ataque y él le dijo que podría ser pero que no corría peligro y que mantenga la calma, a lo que ella contestó que no era fácil cuando tenía en su cabeza un océano de sonidos.El Dr. Sacks quiso hacer un electroencefalograma para prestar atención a los lóbulos temporales del cerebro, todavía no podía hacerlo, en el periodo de espera se atenuó la música, disminuyó de intensidad, y era menos persistente. Cuando puede hacer el electroencefalograma sólo oía fragmentos breves y esporádicos. Le instalaron y le aplicaron los electrodos en la cabeza y el Dr. Sacks le pidió que levantase el dedo índice de la mano derecha cada vez que la oyese. En dos horas levantó el dedo tres veces y cada vez que lo hacía las plumas del electroencefalograma resonaban y transcribían picos y olas agudas en los lóbulos temporales del cerebro. Esto confirmó que tenía ataques, los cuales son la base invariable de la «reminiscencia» y de las alucinaciones experimentales. El doctor realizó una exploración cerebral y mostró que había tenido una pequeña trombosis o infartación en una parte del lóbulo temporal derecho, las canciones eran consecuencia de un ataque y lo mismo que remitió éste, «remitieron» las canciones. A mediados de abril habían desaparecido y el Dr. Sacks le preguntó que qué pensaba de todo esto y si echaba de menos las canciones, ella dijo que era un gran alivio pero que sí que las echaba de menos porque ahora no era capaz de recordarlas y aquello era como haber vuelto a su infancia. El término que el Dr. Sacks utilizaba para esto era «nostalgia incontinente». El Dr. Sacks no trató ningún caso similar hasta junio del año pasado en que examinó a la señora O'M. que había estado ingresada en las misma institución, tenía ochentaitantos años, estaba un poco sorda, era inteligente y despierta. Oía música dentro de la cabeza y a veces un zumbido, también voces que hablaban aunque no entendía lo que decían. Todo comenzó un día que estaba ella en la cocina y empezó a escuchar una canción pensó lo mismo que la señora O'C. que se habían dejado una radio encendida, los miró todos y observó que estaban apagados. reminiscencia

Cap.16: “Nostalgia incontinente”
El doctor Sacks llegó a calificar a la L-Dopa como “una especie de máquina del tiempo extraña y personal”. El Dr. Sacks se puso a escribir la historia de una paciente que se llamaba Rose R. y pensó menos en términos de “reminiscencia” y más en términos de “obstrucción” esta señora no había pasado nunca del año 1926; pronto se acordó en los términos que escribía Harold Pinter describiendo a “Deborah” en A Kind of Alaska, que contaba lo siguiente: « Uno de los efectos de la L-Dopa administrada en los pacientes posten cefalíticos, es la reactivación de síntomas y pautas de conducta presentes en una etapa muy anterior a la enfermedad, pero “perdidas” después. Hemos comprobado el retorno y la reactivación de recuerdos, sueños “olvidados”» después ponía el ejemplo de una señora mayor, de sesenta y tres años, que tenía parkinsonismo postencefalítico progresivo desde los dieciocho años, llevaba hospitalizada desde los veinticuatro años en un estado de “trance” oculogírico casi continuo. La L-Dopa produjo en ella un alivio logírico, permitiendo que el movimiento y el habla fuesen casi normales. Pronto siguió una agitación psicomotora con potenciación de la libido. Este período se caracterizó por nostalgia. Esta señora pidió una grabadora y grabó innumerables canciones obscenas, chistes, versos “picantes”…. Estos estaban animados con alusiones repetidas a acontecimientos de la época, evocaban un mundo del pasado. La paciente decía: «es increíble; no puedo entenderlo; hace más de cuarenta años que no oía esas cosas ni pensaba en ellas; pero ahora recorren sin cesar mi pensamiento». El aumento de la agitación les obligó a reducir la dosis de L-Dopa, y con ello la paciente,“olvidó” instantáneamente estos recuerdos lejanos y nunca volvió a ser capaz de recordar un solo verso de aquellas canciones que había grabado.
L dopa
 
Cap.17: “Un pasaje a la India”
Bhagawhandi P., una muchacha india de diecinueve años, tiene un tumor (un astrocitoma) maligno en el cerebro. El tumor se había manifestado cuando tenía siete años pero era de escasa malignidad y estaba bien delimitado, eso permitió una resección y una recuperación completa y que Bhagawhandi hiciese vida normal.Esta tregua duró diez años, ella sabía que tenía una “bomba de tiempo” en la cabeza.El tumor volvió a aparecer a los dieciocho años pero más expansivo y más maligno. No era posible extirparlo. Se efectuó una descompresión para permitir que se expandiera, ingresó en la clínica con debilidad y parálisis del lado izquierdo, con ataques esporádicos y otros problemas. Ella parecía aceptar el destino que le esperaba, aún así quería relacionarse, disfrutar y experimentar mientras pudiese. El tumor iba creciendo y avanzando hacia el lóbulo temporal; le administraron esteroides para reducir el edema cerebral, los ataques se hicieron más frecuentes y más extraños.Los primero ataques habían sido convulsiones de grand mal; los nuevos tenían un carácter diferente, no perdía la conciencia, sino que parecía como “ensoñando”, había pasado a tener ataques del lóbulo frontal frecuentes, que se caracterizaban por “estados de ensoñación” y “reminiscencia” involuntaria.Esta ensoñación adquirió un carácter más definido, más concreto y más visionario; adquirió la forma de visiones de la India, eran lugares en los que la muchacha había estado y había amado de niña. El Dr. Sacks le preguntó que si le molestaban esos “sueños” y ella contestó que no, que era como volver a su país, a su casa.En un principio parecían ataques del lóbulo frontal, pero luego lo dudaron porque esos ataques suelen tener un formato bastante fijado (una sola escena o canción que se repite), en cambio, los sueños de Bhagawhandi no tenían ese carácter fijo, desplegaban panoramas en cambio constante y paisajes que se disolvían ante sus ojos. ¿Estaba Bhagawhandi intoxicada y alucinaba debido a las enormes dosis de esteroides que estaba recibiendo? parecía posible pero no le podían reducir la dosis porque sino moriría en cuestión de días.
Cap.18: “El perro bajo la piel”
Stephen D. un chico de veintidós años que estudia medicina y consume drogas, un día soñó que era un perro y que estaba en un mundo increíblemente rico y significativo en olores. Al despertar, se encontró en un mundo así, con esas cualidades, él decía que era como si hasta ahora hubiese estado ciego a todos los colores y ahora se encontraba en un mundo lleno de color, se había potenciado la visión cromática y también la percepción visual eidética y de la memoria. Pero lo que realmente se había transformado en este nuevo mundo fue la exaltación del olfato, Stephen contó que él había soñado que era un perro y que cuando despertó se encontró en un mundo infinitamente fragante, también dijo que entró en una tienda de perfumes y que cada uno le parecía único, evocador, en definitiva, cada perfume era un mundo. Stephen podía distinguir a todas sus amistades y a los pacientes por su fragancia, por su olor; entraban en la clínica, olfateaba como los perros y podía identificar a los veinte pacientes que había allí. El pensamiento, la abstracción y la categorización pasaron a resultarle difíciles e irreales, dada la inmediatez perentoria de cada experiencia.
Después de tres semanas, cesó esa extraña transformación, sus sentido volvieron a la normalidad, Stephen se alegraba de haber vuelto pero también decía que era una pérdida tremenda, ahora ve a lo que los seres humanos hemos renunciado por ser civilizados y humanos, dice que necesitamos lo “primitivo”, a veces, siente nostalgia por aquel mundo de olor, aquel mundo fragante, tan vívido, tan real, dice que era como una visita a otro mundo, a un mundo de percepción pura, rico, vivo, autosuficiente, pleno, quiere volver de vez en cuando.
Freíd escribió que el sentido del olfato del hombre era una “baja”, algo reprimido en el desarrollo y la civilización. Lo que el Dr. Sacks constata es la universalidad de la inhibición, incluso a nivel perceptivo más elemental: la necesidad de inhibir lo que Head consideraba primordial y lleno de tono-sentimiento, y que llamaba “protopático”. Head dice que quizás deberíamos de ser hombres y no perros, en cambio la experiencia de Stephen D. recuerda al Sr. Sacks el poema de “el canto de Quoodle” que es que a veces necesitamos ser perros y no hombres.

Cap.19: “Asesinato”
Donald mató a su novia estando bajo la influencia del PCP. No tenía ningún recuerdo del hecho. Los detalles del asesinato, expuestos en el informe forense, fueron ocultados al público y al propio Donald. No queda ningún recuerdo y puede que no hubiese ninguna intención de violencia, a los que los cometen no se les considera ni responsables ni culpables pero no por ello comprometen menos su propia seguridad y la ajena.
Estuvo cuatro años en un hospital psiquiátrico, tenía dudas de si era delincuente o loco, él decía, con tristeza, que no estaba en condiciones de vivir en sociedad. Le interesaban las plantas desde siempre, por tanto, se hizo cargo de un terreno olvidado y desatendido y creó jardines de flores, de plantas aromáticas y de todo tipo. Con ello, perecía que había encontrado una especie de austero equilibrio. Las relaciones humanas y las pasiones humanas habían sido reemplazadas por una calma extraña. Tras cinco años empezó a salir bajo palabra, se compró una bici, por la cual precipitó el segundo acto de su extraña historia.
Bajaba pedaleando por una cuesta bastante inclinada, cuando surgió un coche mal conducido, en dirección contraria; Donald intentó desviarse para evitar el golpe, pero perdió el control y acabó precipitándose violentamente, de cabeza, contra el firme de la carretera.Sufrió una grave herida en la cabeza y contusión grave en ambos lóbulos frontales, entró en coma, hemipléjico, y luego empezó a recuperarse y empezaron las “pesadillas”. Al aclararse la conciencia, se aclaró con ella un recuerdo que ahora resultaba terrible. El asesinato, se alcanzaba ahora ante él con gran intensidad, Donald veía continuamente el asesinato. Se trataba de “reminiscencia” auténtica e incontrolable, ahora conocía los detalles del asesinato revelados por el informe pero que no se habían revelado en el juicio ni tampoco a él. Donald intentó suicidarse tres veces. Los recuerdos tenían una carga psicótica, provocaban en Donald ideas continuas de suicidio. Ninguno de los médicos había oído o leído nada parecido hasta entonces. Él no era impulsivo, grosero e indiscriminado pero los recuerdos y los sentimientos del asesinato lo obsesionaban y lo atormentaban.Se comprobó que tenía una agitación incesante, una epilepia profunda, en ambos lóbulos temporales. La mayoría de las experiencias o reminiscencias que describía Penfield eran de un tipo más bien pasivo. Ninguno de los médicos habían tenido noticias de un paciente que reexperimentase un hecho, y esto era al parecer lo que le pasaba a Donald. No se llegó a una decisión clara.
 
Cap.20: “Las visiones de Hildegard”
Hilderag de Bingen, una moja, experimentó innumerables “visiones” desde pequeña hasta el final de su vida, ha dejado imágenes y relatos de dichas visiones en los Scivias y Liber divinorum operum, son jequecosos e ilustran variedades del aura visual. Hilger selecciones los fenómenos más característicos como un punto o un grupo de puntos de luz que chispean y se mueven y suelen considerarse estrellas; y figuras circulares con formas de fortificación definidas que irradian en algunos casos de un área coloreada. Hildegard escribió que las visiones las contempla despierta, alerta y con los ojos del espíritu y los oídos interiores, las percibe abiertamente y de acuerdo con la voluntad de Dios. En una visión las estrellas caen y se apagan en el océano y esto para ella significa “la caída de los ángeles” ella lo comenta así: «una multitud innumerable de estrellas fugaces siguen hacia el sur, y de pronto fueron arrojadas al abismo asique no pude verlas más» ésta es la interpretación alegórica de Hildegard. La interpretación de los médicos es que experimentó un chaparrón de fosfenos que cruzaron el campo visual, tras lo cual se produjo un escotoma negativo. Dice que la luz que ve no está localizada, por ello la llama “la nube de la luz viva” los escritos, las palabras, las virtudes y las obras de los hombres brillan en ella ante Hildegard, a veces ve dentro de esa luz otra a la que llama “la nube de la luz viva en sí” cuando la contempla se borran de su memoria todas las tristezas y los pesares.


Cap 21 REBECA


Rebeca, una chica de diecinueve años según su abuela sique siendo una niña en algunos sentido, ella no es capaz de dar una vuelta a la manzana, de abrir una puerta con la llave, a veces se pone malla ropa, en fin no parece tener ningún sentido del espacio, se mostraba torpe u mal coordinada en todos sus movimientos, en el uniforme que le hicieron decía que era una subnormal motriz, pero cuando Rebeca bailaba desaparecía toda esa torpeza.


Rebeca tenia una fisura palatina parcial, los dedos cortos y gruesos, y una miopía degenerativa grave, era muy tímida y retraída, ella tenia la sensación de tener una imagen ridícula. Ella necesitaba que le representasen el mundo en imágenes verbales. Era una retrasada con una capacidad poética inesperada y conmovedora. La primera vez que la vio Dr. Sacks podía determinar y analizar en ella una multitud de apraxias y agnosias.
 



Cap. 22: “Un Grove ambulante”
Martin A., un hombre de sesenta y un años, ingresó a finales de 1983 tras contraer parkinsonismo y no poder cuidarse por sí mismo. En la infancia había tenido una meningitis casi mortal y eso le produjo retraso mental, impulsividad, ataques y cierto espasmodismo en un lado del cuerpo. Martin vivió con sus padres hasta que ellos fallecieron, después trabajó donde pudo porque en poco tiempo que estuviese trabajando lo despedían por su lentitud, su tendencia a la ensoñación o su incompetencia habría tenido una vida mucho más dura de no ser por su sensibilidad musical y su notables dotes musicales, no hubiese tenido alegría. Poseía una memoria musical asombrosa, siempre había dependido de su oído aunque su voz no estaba al mismo nivel.


Martin quería haber podido llegar a ser como su padre, un hombre cantante muy famoso de oratorios y de ópera, aunque esto no era una obsesión; Martin hallaba mucho placer con lo que él podía hacer que era ayudar a muchos famosos. Gozaba de una modesta fama como “enciclopedia ambulante” porque sabía la música de dos mil óperas, los cantantes que habían interpretado los papeles en innumerables representaciones, los vestuarios, los decorados… Así pues, Martin era un fanático de la ópera y algo así como un “sabio idiota”. El verdadero gozo era participar personalmente en sesiones musicales, cantando en los coros de las iglesias locales. En esas ocasiones, cuando se entregaba a la música, Martin olvidaba que era un “retardado”, y olvidaba toda la tristeza y la amargura de su vida,

Estas hipertrofias prodigiosas de la memoria eidética parecen desalojar a veces al yo real, o competir con él, e impiden su desarrollo. Su mundo era pequeño, mísero, desagradable y lúgubre, era el mundo de un retardado al que habían marginado desde niño y del que se habían burlado, el mundo de alguien que raras veces se había sentido un hombre y que lo consideraban un niño.
En enero, el Dr. Sacks fue a verlo y se encontró con un hombre muy distinto, claramente apesadumbrado, víctima de un dolor espiritual y físico. Decía que tenía que cantar, que sin ello no podía rezar, después añadió que nunca había pasado un domingo sin ir a la Iglesia, sin cantar en el coro, que fue con su padre y no dejó de ir aún habiendo fallecido su padre, que tenía que ir sino moriría, el Dr. Sacks le dijo que no sabía que echase de menos ir a la Iglesia y que había una muy cerca de la residencia. Martin volvió a ir y allí lo recibieron muy bien. Ya podía cantar, podía rendir culto todos los domingos con música de Bach, podía disfrutar de la tranquila autoridad que se le otorgaba.
Le dijo al Dr. Sacks que eran la única Iglesia de la Diócesis que disponía de un coro y una Iglesia como es debido, la única donde se cantan habitualmente todas las obras vocales de Bach. Al Dr. Sacks le pareció muy curioso y conmovedor que Martina, un retardado, sintiese una pasión tan grande por Bach. A pesar de todas sus limitaciones intelectuales, la inteligencia musical de Martin era plenamente capaz de apreciar gran parte de la complejidad técnica de Bach, el Dr. Sacks se dio cuenta de que no se trataba en absoluto de una cuestión de inteligencia, Bach vivía para él y él para Bach.

Martin tenía dotes musicales “raras” si se las desplazaba de su marco justo y natural.


CAPITULO 23 LOS GEMELOS

Este capítulo trata sobre dos gemelos, ambos autistas, con las mismas lesiones cerebrales. Tienen una capacidad asombrosas para los números, son capaces de averiguar en qué día cayó una cualquier fecha y la fecha de Pascua de cualquier año, además de una gran capacidad memorística para los números, ya sean de tres, treinta o trescientas cifras. Lo más sorprendente de todo, es que no saben calcular, son incapaces de hacer una simple suma o de entender el concepto división o multiplicación, aun así son capaces de calcular las fechas del calendario y Pascua, ni un gran matemático fue capaz de encontrar un algoritmo para saber el día en el que cae la Pascua, por lo tanto se piensa que es una cualidad innata que tienen.
También pueden contar el tiempo meteorológico y los acontecimientos que ocurrieron en cualquier día de sus vidas, pero los cuentan sin alterarse, como si carecieran de emociones o sentimientos. Tienen una memoria que podría ser ilimitada, pero lo más fascinante es que afirman "verlo", con extraordinaria intensidad.
 

CAPITULO 24 EL ARTISTA AUTISTA

El capitulo titulado el "Artista autista" trata de un joven de veintiún años, llamado José , al que todos catalogaban de retrasado mental. Tenia un aspecto frágil y estaba muy delgado.

Un día el Doctor Sacks empieza a tratarlo y le deja su reloj de bolsillo para que el lo dibuje, ante la despectiva mirada de un hombre que le llama idiota y le menos precia solo por el simple hecho de ser autista. José dibujo el reloj introduciendo todos los rasgos, incluso los pequeños detalles como todos los minutos y el circulito interior de los segundos. Lo único que le sorprendió Sacks fue que dibujo la ruedecilla estriada y la presilla trapezoidal del reloj amplificadas y que cada número tenia una medida, un estilo. El objeto dibujado simbolizaba su "sentimiento" .Sacks quedo asombrado ante la rapidez y la minuciosa exactitud de la reproducción y aun más teniendo en cuenta que José había mirado la canoa y luego había apartado la vista. Esto llevaba a la conclusión que José retenía esa imagen es su mente, pero no obstante el no había dibujado una canoa, sino, su canoa, desde su punto de vista, desde su estado de ánimo. José fue trasladado a un pabellón más tranquilo y sosegado en el que habían un número excepcional de especialistas. Sacks fue a visitarlo, y pasearon por el jardín, no hizo falta ni que le diera la pluma José empezó a observar las flores que habían bajo sus pies y dibujo su propia planta. Un autista, un retrasado mental con un don para lo concreto, es capaz de dibujar un pez o una flor con una fidelidad increíble, pero también puede dibujar uno que sea su personificación

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